lunes, 29 de octubre de 2012

¿Crees que es teatro esto que te cuento? 13



    Quiso la casualidad, que en el curso 2011-12,  la hija –un bebé- de un profesor de un instituto del interior de Mallorca, tuviera una enfermedad grave que hubiera podido tener un desenlace fatal. Dicho profesor había cometido el pecado nefando de impartir las clases de una asignatura optativa en castellano, en el contexto de un centro en el que todas las asignaturas se imparten exclusivamente en catalán. Un día en el centro, encontró en su casillero una hoja en la que alguien había escrito: ¿una española menos?

miércoles, 17 de octubre de 2012

miércoles, 10 de octubre de 2012

Tiranuelos en las escuelas

En las democracias reales, las sentencias firmes de los tribunales se cumplen. Sin embargo, en España, las sentencias del Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo y Tribunales Superiores de Cataluña y Baleares –que reconocen que el castellano también debe ser lengua vehicular de la enseñanza por ser cooficial junto con el catalán- no son más que papel mojado. No importa el color del gobierno en las Islas Baleares, pues aparte de gestos totalmente insuficientes, la libertad de elección es una petición eternamente pospuesta, aun siendo ampliamente reivindicada en cada proceso electoral. La cadena jerárquica de la administración está en el núcleo del problema desde su misma base. Los tiranuelos de la identidad y la cultura en pequeñito –son muchos los que han encontrado un nicho favorable a sus doctrinas en el mundo educativo- se han valido del recurso del Proyecto Lingüístico del Centro para urdir el primer peldaño legal con el que imponer una ideología que deforma los fines de la educación,la somete a un proyecto descaradamente político, y expulsar de la realidad una de las lenguas oficiales. Siempre habrá tiranuelos dispuestos a atemperar la democracia mediante el incumplimiento de la ley. Lo verdaderamente lamentable es que tanto sus superiores como los responsables políticos últimos, se hayan desentendido de facto del asunto, y se hayan acomodado en la ilegalidad de la inmersión lingüística, e ignoren además los motivos pedagógicos por los que es censurable.