viernes, 9 de enero de 2009

Joaquín Bellón, un socialista despistado

Nunca dejará de sorprendernos la ligereza y desconocimiento sobre la educación con la que hablan algunos socialistas. En un artículo publicado en DM el día 6 de Enero (“A vueltas con la educación sexual”), afirma Joaquín Bellón que “el derecho a una educación sexual y reproductiva debe ser reconocido en forma de ley que implante la educación sexual en primaria”. Además, acaba su artículo, recordando que la sexualidad no debe ser “encerrada como en la noche victoriana” y que la educación sexual es hoy en día tan oscura como en ese siglo. Intenta explicar así las causas por las que el número de embarazos y abortos entre adolescentes es elevado y va en aumento. Un análisis muy anticuado. Veamos sucintamente algunos datos que lo demuestran.

Un adolescente que termine ESO, ha recibido educación sexual en diversas materias desde perspectivas diferentes. Esta cuestión está contemplada en el temario de las mismas. En Ciencias Naturales, en Ética, y por supuesto, en la Educación Primaria, donde nadie silencia mojigatamente estos temas. Además, monitores que realizan talleres específicos sobre sexualidad visitan los institutos, hasta el punto de que diversos organismos ofrecen y gastan dinero público en lo mismo (ayuntamientos, Consell,…). La labor del profesor de ciencias se solapa así con la del profesor de ética, las orientaciones del tutor (que también dedica tiempo de la tutoría a este asunto) y las actividades de dichos monitores. Éstos enseñan a manipular y regalan preservativos en las aulas. Al final, se ha gastado una cantidad ingente de recursos por hacer el mismo trabajo y por educar en la prevención a los adolescentes.

La ley que propone el ex senador del PSOE es superflua, pues ya está recogida la problemática a la que se refiere en la legislación educativa. Para solucionarla, habrá que recurrir a factores más complejos. Definitivamente, es imposible resolver los problemas del siglo XXI con una perspectiva decimonónica. No nos atrevemos a proponer soluciones a un problema tan complejo. Pero puesto que la información que reciben los jóvenes es un hecho, habrá que complementarla con una ética de la responsabilidad que sólo fomenta un sistema educativo que valora la madurez, el rigor y la excelencia, valores que brillan por su ausencia en las leyes educativas impulsadas por gobiernos socialistas. ¿Les parecen tal vez demasiado conservadores?

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