miércoles, 8 de junio de 2011

La manifestación del docente mediocre

Al docente mediocre no le interesa el conocimiento ni mejorar técnica o profesionalmente. Teme a la competitividad y a la excelencia. Consciente de sus limitaciones, se aferra a los mecanismos que sirven para excluir a quienes podrían realizar su trabajo mejor que él. Sabe que la puerta que cierra el paso a muchos aspirantes a ejercer la docencia en Baleares, es la que le otorga un privilegio al que no está dispuesto a renunciar. De ahí la manifestación preventiva de los estudiantes de Magisterio. Piden que la lengua catalana siga siendo un requisito, y no un mérito, para ser docente en las Islas Baleares. Temen que el futuro gobierno autonómico, con mayoría absoluta del PP, cumpla sus promesas electorales introduciendo “libertad y calidad” en la enseñanza. No consideran extraño que ellos puedan opositar y ejercer en el resto del territorio nacional, gracias a la lengua común, mientras que muchos otros no puedan hacerlo en Baleares. Valores como la igualdad, la libertad, la cooficialidad, y la excelencia, les parecen válidos, siempre que se apliquen fuera del territorio en el que se valen del adjetivo "propio". En realidad, no hacen más que poner en práctica la doctrina de la facultad en la que estudian: el docente mediocre devalúa las metas de la educación al servicio de la identidad, tanto como se rebaja profesionalmente a sí mismo.

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