José Ramón Bauzá, Presidente de Baleares, ha anunciado las líneas generales del borrador que ultima el nuevo gobierno del PP. Tan importante documento debería servir para invertir la desastrosa gestión económica del gobierno anterior de Antich. Uno de los aspectos que se contemplan, tiene que ver con la educación:
- Se introducirán en las escuelas contenidos sobre “formación y motivación para la creación de empresas”.
- Se fomentará el reconocimiento del “valor del espíritu empresarial”.
- Se explicarán conceptos de “ética empresarial y de responsabilidad corporativa”.
La manca d’educació considera un acierto esta iniciativa, por contrarrestar la cantidad de horas de clase que reciben los estudiantes de Baleares, en el sentido totalmente contrario. Abundan los docentes proclives a dar visiones negativas, peyorativas y deformadoras del mundo de las empresas y la economía en general, describiéndolo como si el mercado fuera posible en un entorno absolutamente anárquico, en el que prima la ausencia de seguridad jurídica alguna. Ignoran que precisamente la inestabilidad en normas básicas, como el cumplimiento de los contratos y el reconocimiento de la propiedad privada, son los factores cuya ausencia más miseria ha causado, porque destruye toda actividad económica y empresarial. Divulgar un prejuicio antieconómico es lo contrario a tener un mínimo de cultura económica.
Un dato a tener en cuenta es el elevadísimo porcentaje de estudiantes universitarios de la UIB, que declaran que sus planes para el futuro pasan por ser funcionario, incluso en carreras en las que se supone que la iniciativa personal debe ser el impulso motivador esencial. Es una anomalía que los jóvenes crean que todos pueden vivir del erario público. Pues bien, esperamos que el nuevo gobierno haya interiorizado una primera lección de economía básica, que a juzgar por la deuda que acumulan las instituciones públicas –también las gobernadas por el PP en multitud de lugares de España y en el anterior ejercicio de Matas- no conviene olvidar: no se debe gastar más de lo que se ingresa ni se debe presupuestar a la ligera lo que no se tiene. Sin duda se trata de un principio que nacionalistas e izquierda califican despectivamente como neoliberal, adjetivo con el que califican toda iniciativa racional contra la crisis. Siempre hay quien se resiste a entender que la ideología no puede sustituir ciertas leyes básicas de la realidad, como tan dolorosamente están aprendiendo millones de familias en paro. Pero esa es precisamente una de las metas de la educación: no ignorar los hechos en nombre de la ideología.