De nuevo llegan las pruebas de Selectividad. Ya nos hemos referido a la importancia de que Miguel Deyá sustituyera al anterior coordinador de la asignatura de Historia de España. Si la sola presencia de Deyá el curso pasado, cambió la escandalosa tendencia a escoger Historia en lugar de Historia de la Filosofía, este año la balanza puede inclinarse por la filosofía. El motivo es que el examen de Historia ya no ofrece las ventajas que ofrecía a los peores alumnos y a los peores profesores.
El Profesor Deyá no “pacta” las preguntas del examen de Historia de España, como se hizo durante 15 años. Los profesores no han tenido más remedio que preparar todo el temario. Justo es reconocer que es excesivo en las dos materias. Eso implica una reflexión para ajustarlo al tiempo disponible y a la realidad del actual Bachillerato. Confiamos en que el buen criterio de Deyá le llevará a dar ese paso definitivo, lo cual debiera haber sido la solución al problema, además de la legal.
Sólo entonces se limarán las diferencias, se igualarán significativamente las cifras y los alumnos elegirán entre ambas materias según criterios admisibles.
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