Hay que reconocerlo. Hemos visto, con prístina brutalidad, la verdadera cara del nacionalismo lingüístico en el IES de Porreres. Y lo peor, es que ha conseguido su objetivo: un instituto más aldeano, más cerrado pero más “puro” según los parámetros del esencialismo identitario excluyente; se rechaza la diversidad, se rechaza el bilingüismo, la libertad y se muestra fobia al conocimiento.
La redacción de “la manca d’educació” lamenta que tres profesores no hayan encontrado más solución que abandonar el centro, debido a las amenazas, insultos, alusiones despectivas y coacciones diversas, que han soportado durante el curso. Su pecado fue intentar que un 1% de las clases de un centro en el que el 100% de las mismas se imparte en catalán, se impartiera en castellano, lo que hubiera sido conveniente, pues se trata de un entorno de claro predominio del catalán. De hecho, muchos padres lo consideraron una medida razonable, ya que se debía a la intención de mejorar al pésimo nivel de Lengua Castellana de los estudiantes. Como consecuencia añadida, el director dejará el cargo.
¿Qué hizo la Conselleria de Educación cuando se denunciaron los hechos? ¿Y la Inspección? Empeoró las cosas sumando más coacción y amenazando con la apertura de un expediente si los profesores seguían usando el castellano como lengua vehicular. Nadie ignora que la Administración es parte importante del problema, cuando ha sido secuestrada y puesta al servicio de una ideología sectaria.
En Baleares, las sentencias del Tribunal Supremo son papel mojado, como en Cataluña. El nuevo Conseller de Educación y su equipo, tiene la obligación de demostrar lo que dicen ser. Estaremos atentos a su evolución.
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