En la reunión de padres de principio de curso en una escuela de Palma, se presenta el equipo docente. Una profesora toma la palabra: “Bé, parlaré en català. Si hi ha qualcú que no m’entengui, puc fer-ho en castellà, peró m’estim més en català, perquè el meu castellà no és massa bo…”
Algunos padres comparten miradas cómplices. Los hay de distintas nacionalidades y de distintas procedencias, que no dominan el catalán, pero prefieren ser discretos. Por fin, una madre valiente pregunta: “¿Quién da las clases de lengua castellana?”
La profesora que acaba de decir que "el seu castellà no és massa bo" –con una sonrisita nerviosa- contesta: “Jo”.
Un denso silencio, incómodo y resignado, se apodera del aula en la que prosigue la reunión en la única lengua que domina la profesora de lenguas extranjeras.
5 comentarios:
Lo peor de todo esto es que no es un caso aislado, y todo por que en la universidad, para sacarte la diplomatura de magisterio, te hacen un exámen oral en catalán, pero no uno en castellano.
No, lo peor de todo es que es ficticio. No me creo que esta buena señora tenga problemas para viajar a Toledo, o para ver una película americana doblada al español. Probablemente hasta es hija de burgaleses y domina perfectamente el español oral (otra cosa es el escrito, habría que verlo, porque ahí sí intervienen la escuela, el instituto y la universidad). El problema es que el español en Baleares siempre hay que justificarlo, y si no, minimizarlo o negarlo, como lengua vergonzante que se supone que es. Se llama alienación.
Hace falta que acaben los "silencios incómodos". Esa conversación requiere una denuncia ante la inspección firmada por todos los padres presentes: ¿la administración educativa provee profesores de lengua castellana que reconocen públicamente que su castellano no es bueno, o bien que se avergüenzan de la lengua que van a enseñar? Hay que investigar eso, hombre.
El problema es que la administración y el mundo educativo están ideológicamente contaminados. Nadie moverá un dedo porque consideran que, en relación a la lengua, hay algo "ejemplar" en alcanzar el nivel máximo de estupidez a la que puede llegar un docente: hacer gala de su propia ignorancia sin avergonzarse.
Triste es un adjetivo insuficiente para describir esta anécdota. Lo que se debería hacer es poner el nombre del centro y del profesor; al fin y al cabo ella se ha delatado a si misma. Es vergonzoso que den una asignatura para la que no están capacitados (y no es la única, los colegios están plagados de este tipo de profesores, especialmente en primaria, no son filólogos, no usan la lengua). Probablemente a la inversa encontremos menos casos, aunque es bastante obvio todos los nacidos en España saben hablar y escribir español (o al menos se presupone) pero no todos los alumnos nacidos en ciudades/comunidades catalano parlantes o escolarizados allí saben catalán; hay que demostrarlo con un título pues esto se arreglaría si hubiese un examen de español igual que el de catalán para profesores y cargos públicos. Quizás les parezca una exageración, pero no lo es; si supieran ustedes cuanto profesor da lengua española hablando incorrectamente (y no me refiero a pronunciación) sino a expresiones incorrectas, calcos del catalán y escribiéndolo mal (incluyendo ortografía) se asustarían muchos padres al saber quién es el que enseña a sus hijos.
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