domingo, 22 de abril de 2012

Perelló o la idolatría del experto.


    Un docente debe ser un profesional de alto perfil, no un iluminado con ínfulas de ingeniero social. La conducta en el Consell Escolar de Manel Perelló –asesor educativo del Govern Balear y ex presidente de FADESIB reacio a la libertad de elección de lengua- prueba una vez más hasta qué punto la ideología nacionalista y la libertofobia, caracterizan a los funcionarios docentes, sobre todo, a los mandos educativos intermedios.
    Los directores de escuelas e institutos han permitido masivamente la politización de los claustros de profesores, los consejos escolares, las clases y las instalaciones educativas, instrumentalizándolos contra la posibilidad de que se reconozca en la enseñanza la realidad bilingüe de la sociedad balear. No es pues un problema menor que la educación real, la que se vive a diario en los centros, esté en manos de emperadores lingüísticos de ópera bufa, dispuestos a boicotear todo lo que no se ciña a su ideología. Si las autoridades autonómicas no saben, no quieren o no son capaces de enfrentarse a este problema, se suma otro motivo para cuestionar quién deba ejercer esta competencia.
    Entre la opinión pública y el legislador o el ejecutivo, no puede haber funcionarios que hagan de su capa un sayo con los servicios públicos.
    

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