domingo, 25 de noviembre de 2012

Carta de un profesor indignado




     Una reacción desquiciada es una revelación muy aclaratoria. Por el tono y el contenido de la carta publicada en Diario de Mallorca -que reproducimos a continuación- nuestros lectores podrán constatar cómo conciben algunos docentes su profesión. Ante la simple advertencia de que sus funciones no incluyen la introducción del debate político diario en las aulas con el fin de indoctrinar o divulgar entre menores de edad sus convicciones particulares, un profesor de un conocido colegio de Palma, monta en cólera. No parece que el Sr. Roca distinga entre opinar sobre aspectos relativos a la materia que imparte, o sobre cuestiones didácticas que dependen de su profesionalidad, de afirmar que exista una conspiración que desapareció hace siglos. Vean si no el victimismo paranoide y lo anticuado del imaginario de un docente cuyos alumnos recuerdan por dar las clases de Lengua y Literatura Castellana de 2º de Bachillerato exclusivamente en catalán. Puede estar tranquilo el Sr Roca: peor para la educación que los recortes, es que nadie se molestará en impedir que convierta sus clases en un emocional toque de fanfarria .


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