miércoles, 14 de noviembre de 2012

Etiquetitas, lacitos y medallitas



    Hay un punto en el que la reiteración de conductas supuestamente ejemplarizantes resultan risibles. Desde finales del curso pasado, un número importante de profesores luce en público -y en las aulas- distintivos sobre su posicionamiento ideológico. Una camiseta verde cada miércoles indica que se rechazan los recortes en gasto educativo. Pese a que la libertad de elección lingüística sigue siendo una quimera eternamente postergada, hay docentes que llevan además lacitos con la bandera catalana, que en algún caso se ha convertido –a medida que llegaban las lluvias de otoño- en verdaderos lazotes que parecen cuerdas colgantes.
    La huelga  general de día 14 ha brindado la oportunidad de añadir otro ejemplo más de infantilismo etiquetista: algunos directores de centro, junto con miembros de sus equipos directivos, han querido demostrar que apoyaban la huelga sin poder hacerla, portando una ostentosa etiqueta en el pecho que decía “serveis mínims”; una forma de mostrar en público que se está con los huelguistas, sin estarlo efectivamente por cumplir con los servicios mínimos. Poco a poco, algunos docentes acumularán más insignias que medallas los mariscales de campo. Cómico, pero cierto. 

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