domingo, 5 de abril de 2009

El egoísmo del "enseñante solidario"

La insistencia con la que el enseñante solidario predica la solidaridad a escala mundial, se volatiliza en cuanto se trata el tema de las balanzas fiscales en España. Es muy ilustrativo el análisis que de la recaudación y posterior distribución fiscal hace el “solidario ejemplar”: el mismo que hacen quienes más aportan al fisco, que se quejan de no recibir en la medida en que dan, lo que impediría el sentido redistribuidor de los impuestos, y por tanto, cualquier forma de solidaridad.

Pere Polo, presidente de la ONG “Enseyants Solidaris”, publicó en Última Hora el día 1 de abril un artículo titulado “Memorial de greuges”, en el que se recogen las falacias habituales que se repiten sobre este tema.

1ª) Se parte de la idea de que son los territorios o los pueblos lo que pagan impuestos, cuando no es así, sino que son las personas, según sus medios económicos, las que lo hacen.

2ª) Se habla de especialistas en economía que mantienen que el Estado tiene con Baleares una deuda que no para de crecer. Tendencioso. No sólo se ignora que hay especialistas que dudan de que haya un método preciso para medir la balanza fiscal, sino que afirman que el resultado de la misma depende de las variables que se incluyan en el cálculo. El resultado depende de cómo se haga el cómputo.

3ª) Se seleccionan las comunidades valenciana, catalana y balear como las más “expoliadas cada año”. ¿Se debe tal vez a que reconocer que Madrid es la comunidad que más aporta, desmontaría el victimismo de ciertas autonomías frente al Estado?

4ª) Se confunden, no sabemos si deliberadamente o por ignorancia, dos temas diferentes. Una cosa es el cálculo de la balanza fiscal y otra el gasto que el Estado debe hacer en cada comunidad para asegurar los servicios. Aun aceptando que la financiación en Baleares sea insuficiente, los argumentos del “enseñante solidario”, que lamenta que unas comunidades salgan más beneficiadas que otras, que se nos trate como a “ciudadanos de segunda”, y que debemos movilizarnos para que “se nos devuelva lo que nos corresponde”, harían imposible toda forma de solidaridad entre personas y comunidades favorecidas, y las desfavorecidas.

Definitivamente, el sesgo que introduce el nacionalismo sobre el tema, desenmascara la verdadera naturaleza del enseñante solidario, que sólo lo es con el dinero de los otros, y se niega a serlo con el que cree suyo.

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