El pedagogo “antibeatle” tiene alma de cura. Esta semana, nos sermonea para afirmar que quienes no coinciden con la ideología de la religión que profesa, tienen la condición de “secta”. Él, naturalmente en posesión de la verdad, representa entonces a la “iglesia”, la verdad y la vida. Y defiende principios incuestionables, pues le parece muy mal que haya quien no los comparta: en la educación se debe ser de izquierdas y nacionalista, o te excomulgo por pertenecer a una secta malvada. Palabra de Dios. ¡Vade retro, Satán!
Su único argumento es que su credo es mayoritario entre los docentes desde hace 30 años. Es habitual que los ideólogos se aislen de una sociedad y de un mundo, el docente, que no es tan uniforme como ellos creen. Ya saben, el infalible y santo sindicato educativo para el que ora: ¡Oh, inmaculado STEI!
Como toda religión que aspira al integrismo social de su doctrina, y a la erradicación de las otras, el pedagogo “antibeatle” afirma que ellos educan mientras que los otros sólo pretenden manipular. En fin, típica argumentación de monjita escandalizada que ve pecado en lo que no coincide con su credo… El pedagogo "antibeatle" tiene alma de cura. Cura monoteísta que no tolera a los rivales, como Dios manda. Se mantiene fiel a las formas del pasado, aunque no a los contenidos.
1 comentario:
Curitas modernos son éstos del STEI, con sus barbas, sus patillitas, sus gafitas de pasta, sus suéteres y sus albarcas, pero curas al fin y al cabo. Talibanes que han renunciado a la búsqueda de la excelencia educativa por la salvación de sus atribuladas almas. ¿Dije atribuladas? Apesebradas quería decir.
(¿Dije sus almas? Sus culos más bien. Que en este caso viene a ser lo mismo...)
(Menos mal que nos queda UPyD. Ánimo en estas europeas, que os va a faltar calculadora para contar los votos...)
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