domingo, 3 de mayo de 2009

El pedagogo "antibeatle". 1

Desde el medio en el que escribe semanalmente, el pedagogo “antibeatle” se muestra partidario de las tesis del filólogo Tilbert Stegmann, que no distingue entre nacionalismo y filología, porque concibe la segunda al servicio del primero. Ese es el motivo por el que recibió el Premio Ramón Llull 2006, otorgado sistemáticamente al que más “linguobobadas” dice.

Stegmann mantiene en relación al inglés, como lengua que abre el mundo comunicativamente a cualquiera, lo que los nacionalistas mantienen en relación al castellano. Partidarios en el fondo de limitar sus fronteras a un mundo pequeñito, les horroriza que el castellano sea la lengua común de los españoles, o el inglés de las gentes de Europa o del mundo. Denominan sus propuestas “multilingüismo”. Proponen que se aprendan otras lenguas, pero las cercanas y de un origen común, como forma de valorar la pluralidad y ampliar las fronteras comunicativas. Así, aprender lenguas para un niño mallorquín consiste en aprender las latinas: catalán, francés, italiano, español, rumano, retorromano… No les parece que hablar inglés sea una forma efectiva ni eficaz de conocer la riqueza cultural, por no ser la lengua materna de muchos europeos. De esta forma, un sueco no tendría por qué aprender inglés, sino noruego, finés,… (¿A quién se le ocurre que haya que salir de Escandinavia?¿Para qué?).

Nos preguntamos si según Stegmann deberíamos aprender hindú para viajar por la India, o si deberíamos aprender gallego para visitar Santiago de Compostela según el pedagogo “antibeatle”. La animadversión hacia las lenguas más habladas y otros prejuicios, llevó a Stegmann a afirmar que el inglés es la lengua de una cultura “americanizadora y peligrosa que se come al mundo”. Es un misterio si nuestro pedagogo afirma algo parecido sobre el castellano, lengua que enseñó durante años en un conocido colegio de Palma. Si nuestros lectores se preguntan por qué es recordado como el pedagogo “antibeatle”, no tienen más que seguir leyéndonos… La cosa promete.

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